Cuantos psicologos se necesitan para cambiar una bombilla

¿Cuántos psicólogos hacen falta para cambiar una bombilla?

Cuando todo el mundo se propone objetivos personales y profesionales para empezar el nuevo año, sabemos que el crecimiento y el cambio pueden resultar difíciles, ya que es fácil volver a instalarse en rutinas que nos resultan cómodas. En Summit, ayudamos tanto a líderes como a organizaciones a escalar, a desarrollar plenamente su potencial, y como muchos de nosotros tenemos formación en psicología, entendemos los requisitos únicos para impulsar el crecimiento y el cambio con nuestros clientes.

El año pasado moderé un panel de psicólogos que trabajan en el sector del capital riesgo. En la conferencia anual de la Sociedad de Psicólogos Industriales y Organizacionales (@SIOP), mi colega de Summit, @Heather Gordon, y otros psicólogos de E/S compartieron cómo nuestra profesión está desempeñando un papel importante en ayudar a las empresas a escalar en el espacio de capital privado. Como psicólogos de E/S no estamos proporcionando terapia a los ejecutivos mientras tratan de manejar su estrés a través del crecimiento, sino que somos profesionales capacitados que tienen un profundo conocimiento de las diferencias individuales, dinámicas de grupo, y adoptan un enfoque científico para diagnosticar y abordar cuestiones prácticas de organización. Durante nuestro debate, surgieron algunos temas que pusieron de relieve cómo un psicólogo puede proporcionar a los líderes y a las organizaciones las herramientas necesarias para gestionar el rápido crecimiento.

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Intente adivinar cuál es el mejor predictor del éxito de quienes inician una terapia con un psicólogo. ¿Es un factor del paciente, como su edad, inteligencia o diagnóstico? ¿Es un factor del psicólogo, como su formación, experiencia o compasión? ¿Es un factor situacional, como el sistema de apoyo del paciente o la seguridad laboral?

Aunque cada uno de estos factores es importante, el factor que mejor predice el éxito de la psicoterapia es si es la primera vez que el paciente recibe psicoterapia. Concretamente, quienes trabajan con su primer psicólogo tienen las mayores probabilidades de éxito, y a medida que los pacientes trabajan con más y más psicólogos a lo largo de los años, sus probabilidades de mejorar disminuyen.

¿Por qué? Aunque los psicólogos tienen técnicas y formación diferentes, la mayoría darán orientaciones/consejos similares. Si el paciente rechaza la orientación/el consejo del psicólogo nº 1, es probable que también rechace el consejo del psicólogo nº 2 (y del nº 3, nº 4 y nº 5). ¿Cuántos psicólogos hacen falta para cambiar una bombilla? Uno, pero la bombilla tiene que querer cambiar.

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Un chiste sobre bombillas es un ciclo de chistes en el que se pregunta cuántas personas de un determinado grupo se necesitan para cambiar, sustituir o enroscar una bombilla. Generalmente, la respuesta del chiste destaca un estereotipo del grupo objetivo. Existen numerosas versiones del chiste de la bombilla que satirizan una amplia gama de culturas, creencias y ocupaciones[1][2].

Aunque los chistes de bombillas suelen tener un tono despectivo (por ejemplo, "¿Cuántos borrachos..." / "Cuatro: uno para sujetar la bombilla y tres para beber hasta que la habitación dé vueltas"), las personas a las que van dirigidos pueden enorgullecerse de los estereotipos expresados y a menudo son ellas mismas las que originan los chistes,[7] como en "¿Cuántos alemanes hacen falta para cambiar una bombilla? Uno, somos muy eficientes pero no graciosos", donde el propio chiste se convierte en una declaración de orgullo étnico. Los chistes de bombillas aplicados a subgrupos pueden servir para aliviar las tensiones entre ellos[8].

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A. Un equipo de seis personas para realizar un análisis de su modelo de negocio que demuestre que el trabajo de esta bombilla podría distribuirse entre las bombillas de las habitaciones contiguas en un proceso estratégico de reestructuración de la iluminación.

A. Veintisiete. En realidad no cambiarán la bombilla, pero prometerán no utilizar tanto la luz en el futuro con la esperanza de que los alemanes paguen una bombilla nueva. Mientras tanto, el Primer Ministro británico lo veta todo para apaciguar a sus partidarios, que no se fían de esta electricidad de última generación y añoran los viejos tiempos de la luz de gas.